“En este primer discurso como Presidente de Colombia. Frente al Poder Legislativo y frente a mi pueblo quiero compartir mi decálogo de gobierno y mis compromisos”, dijo el Presidente Gustavo Petro, al tomar posesión este domingo 7 de agosto en la plaza de Bolívar de Bogotá.
El Jefe de Estado desarrolló, así, sus compromisos con los colombianos y colombianas:
“Tengo diez compromisos.
1. Trabajaré para conseguir la paz verdadera y definitiva. Como nadie, como nunca. Vamos a cumplir el Acuerdo de Paz y a seguir las recomendaciones del informe de la Comisión de la Verdad. El «Gobierno de la Vida» es el «Gobierno de la Paz».
La paz es el sentido de mi vida, es la esperanza de Colombia.
No podemos fallarle a la sociedad colombiana. Los muertos se lo merecen. Los vivos lo necesitan. La vida debe ser la base de la paz. Una vida justa y segura. Una vida para vivir sabroso, para vivir feliz, para que la dicha y el progreso sean nuestra identidad.
2. Cuidaré de nuestros abuelos y abuelas, de nuestros niños y niñas, de las personas con discapacidad, de las personas a las que la historia o la sociedad ha marginado. Haremos una «política de cuidados» para que NADIE se quede atrás. Somos una sociedad solidaria, que se preocupa y ocupa del prójimo.
Que su Gobierno también lo sea. Haremos una política sensible al sufrimiento y al dolor ajeno, con herramientas y soluciones para crear igualdad.
3. Gobernaré con y para las mujeres de Colombia. Hoy, aquí, empieza un gobierno paritario von un Ministerio de Igualdad. ¡Al fin! Con nuestra Vicepresidenta y Ministra Francia Márquez vamos a trabajar para que el género no determine cuánto ganas ni cómo vives. Queremos igualdad real y seguridad para que las colombianas puedan caminar tranquilas y no temer por sus vidas.
4. Dialogaré con todos y todas, sin excepciones ni exclusiones.
Este será un gobierno de puertas abiertas para todo aquel que quiera dialogar sobre los problemas de Colombia. Se llame como se llame, venga de donde venga. Lo importante no es de dónde venimos, si no a dónde vamos. Nos une la voluntad de futuro, no el peso del pasado.
Vamos a construir un Gran Acuerdo Nacional para fijar la hoja de ruta de la Colombia de los próximos años. El diálogo será mi método, los acuerdos mi objetivo.
5. Escucharé a los colombianas y colombianos como lo he venido haciendo en todos estos años. NO se gobierna a distancia, alejado del pueblo y desconectado de sus realidades. Todo lo contrario: se gobierna escuchando. Vamos a diseñar mecanismos y dinámicas para que todo colombiano se sienta escuchado en este Gobierno. No quedaré atrapado entre las cortinas de la burocracia. Estaré cerca de los problemas.
Caminaré al lado y junto a los colombianos de todos los rincones. Ojalá me abran las casas para dormir, como el campesino cafetero de Anserma, como la señora pobre de Quibdó, como el pescador del río Magdalena en el Tolima.
Solo quien está cerca puede entender y ponerse en el lugar del otro.
6. Defenderé a los colombianos y colombianas de las violencias y trabajaré para que las familias se sientan seguras y tranquilas.
Lo haremos con una estrategia integral de seguridad. Con la seguridad humana. Colombia necesita una estrategia que vaya desde los programas de prevención, desde la redención social, desde acabar con el hambre, hasta la persecución de las estructuras criminales y la modernización de las fuerzas de seguridad. Las vidas salvadas serán nuestro principal indicador de éxito. La seguridad se mide en vidas, no en muertos. Cuando la seguridad se mide en muertos, llevan al Estado al crimen y este Estado no está para el crimen atroz. Este Estado está para ser una Estado social de derechos.
El crimen se combate de muchas maneras. Todas imprescindibles. Quiero defender a las familias colombianas de la inseguridad diaria y cotidiana: sea de la violencia machista o de cualquier otra violencia.
7. Lucharé contra la corrupción con mano firme y sin miramientos. Un Gobierno de «cero tolerancia». Vamos a recuperar lo que se robaron, vigilar para que no se vuelva a hacer y transformar el sistema para desincentivar este tipo de prácticas. Ni familia, ni amigos, ni compañeros, ni colaboradores… nadie queda excluido del peso de la Ley, del compromiso contra la corrupción y de mi determinación para luchar contra ella.
Desde hoy los cuerpos de inteligencia del Estado no perseguirán la oposición política, ni la prensa libre, ni el Poder Judicial, ni el que piensa ni la que piensa diferente.
Hoy el principal objetivo de los cuerpos de inteligencia del Estado es ubicar y combatir la corrupción.
8. Protegeré nuestro suelo y subsuelo, nuestros mares y ríos. Nuestro aire y cielo. Nuestros paisajes nos definen y nos llenan de orgullo. Y, por eso, no voy a permitir que la avaricia de unos pocos ponga en riesgo nuestra biodiversidad. Vamos a enfrentar la deforestación descontrolada de nuestros bosques e impulsar el desarrollo de las energías limpias y renovables. Colombia será potencia mundial de la vida. El planeta Tierra es la «casa común» de los seres humanos. Y Colombia, desde su enorme riqueza natural, va a liderar esta lucha por la vida planetaria.
9. Desarrollaré la industria nacional, la economía popular y el campo colombiano.
Priorizaremos a la mujer campesina, a la mujer de la economía popular, indudablemente; al microempresario y al pequeño y mediano empresario de Colombia. Pero nuestra invitación es a producir, es a trabajar, es a ser conscientes de que solo seremos una sociedad rica si trabajamos.
Y que el trabajo, cada vez más, en el siglo XXI, es una propiedad del conocimiento, del cerebro, de la inteligencia humana.
Vamos a acompañar y a apoyar a todo aquel que se esfuerce por Colombia. El campesino, la campesinam que se levanta al alba. El artesano, la artesana, que mantiene viva nuestra cultura. El empresario, la empresariam que crea trabajo. El trabajador y la trabajadora cultural que construye la sensibilidad humana.
La ciencia, la cultura y el conocimiento es el combustible del siglo XXI. Vamos a desarrollar la sociedad del conocimiento y la tecnología.
10. Cumpliré y haré cumplir nuestra Constitución. La que dice en su artículo 1: “Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general”.
Desarrollaremos, también, una nueva cobertura legal para hacer sostenible, justo e igualitario nuestro desarrollo. La ley, como dice Paolo Flores d’Arcais, es el poder de los que no tienen poder. Necesitamos mejores leyes, nuevas leyes al servicio de las grandes mayorías y garantizar su cumplimiento.
Confío mucho en que los debates en nuestro Congreso de la República sean fructíferos y ofrezcan resultados para la sociedad colombiana.
Hay muchas tareas y confío plenamente en los nuestros representantes de la sociedad colombiana en el Congreso. Nuevos y viejos.
Y finalmente, uniré a Colombia. Uniremos, entre todos y todas, a nuestra querida Colombia. Tenemos que decirle basta a la división que nos enfrenta como pueblo. Yo no quiero dos países, como no quiero dos sociedades. Quiero una Colombia fuerte, justa y unida.
Los retos y desafíos que tenemos como nación exigen una etapa de unidad y consensos básicos. Es nuestra responsabilidad.
Termino aquí con lo que me dijo una niña arhuaca, hace tres días, en la ceremonia de posesión ancestral que hicimos el viernes en la en el corazón del mundo, como le dicen los hijos de la Sierra Nevada de Santa Marta: «Para armonizar la vida, para unificar los pueblos, para sanar la humanidad, sintiendo el dolor de mi pueblo, de mi gente aquí, este mensaje de luz y verdad, se esparza por tus venas –me decía–, por tu corazón y se conviertan en actos de perdón y reconciliación mundial, pero primero, en nuestros corazones. Primero en mi corazón. Gracias».
Esta segunda oportunidad es para ella, la niña arhuaca, para todos los niños y niñas de Colombia”.